Suplementos magnesio para qué sirve y cómo pueden ayudarte

por Dic 3, 2025Salud0 Comentarios

Muchas me preguntáis últimamente por suplementos magnesio para que sirve, sobre todo cuando aparecen etapas de más estrés, cuando os cuesta descansar o cuando notáis el cuerpo más tenso de lo normal. Y lo entiendo, porque yo también pasé por esa fase en la que intuía que algo me faltaba, pero no sabía exactamente qué ni por dónde empezar.

Hoy quiero contarte, desde mi experiencia como entrenadora y como mujer activa que también vive con mil cosas a la vez, para qué sirve realmente el magnesio, cuándo puede ayudarte y cómo integrarlo en tu día a día sin complicarte. Sin tecnicismos innecesarios, sin promesas mágicas y con la realidad que yo veo cada semana entrenando con vosotras.

Vamos a verlo paso a paso, para que puedas decidir si este suplemento tiene sentido para ti y, sobre todo, para tu bienestar general.

Qué es el magnesio y por qué importa en mujeres activas

El magnesio es un mineral esencial que participa en más de 300 procesos de tu cuerpo. No es un “extra”, no es algo puntual: es una pieza básica para que tus músculos, tu sistema nervioso y tu energía diaria funcionen como deben.

Muchas mujeres que entrenan conmigo llegan con la misma sensación: cansancio acumulado, calambres, dificultad para descansar bien o una tensión que no saben explicar. Y, en muchos casos, el magnesio tiene mucho que ver. No porque faltes tú, sino porque la vida que llevamos —estrés, poco sueño, demasiados estímulos— hace que lo gastemos más rápido de lo que pensamos.

Además, si entrenas fuerza de forma regular, tu cuerpo utiliza más magnesio para la contracción muscular, la recuperación y la gestión del esfuerzo. Por eso, cuando ajustamos bien este mineral, muchas notan una diferencia real en cómo se sienten dentro y fuera del entrenamiento.

Suplementos magnesio para qué sirve realmente

Cuando hablamos de suplementos magnesio para que sirve, es fácil perderse entre titulares y promesas. Pero en la práctica, lo que yo veo cada semana en mis entrenamientos y en mi propia vida es mucho más sencillo: el magnesio ayuda porque actúa justo donde más lo necesitamos las mujeres adultas que entrenamos, trabajamos, conciliamos y vamos siempre a mil.

Reduce la tensión muscular

Si sueles notar las piernas cargadas, calambres o esa sensación de “dureza” tras días intensos, el magnesio puede ayudar a relajar la musculatura y mejorar la recuperación. Es una de las primeras mejoras que muchas notáis.

Mejora la calidad del sueño

Dormir mejor es entrenar mejor. El magnesio participa en la regulación del sistema nervioso y ayuda a bajar revoluciones por la noche. Cuando dormimos más profundo, rendimos más y gestionamos mejor el estrés.

Regula el estrés y la ansiedad

No es magia, pero sí es química: el magnesio influye en neurotransmisores relacionados con el equilibrio emocional. Muchas de vosotras me decís que os sentís menos irritables y más “centradas” cuando lo tomáis con constancia.

Ayuda a la contracción muscular y al rendimiento

Si entrenas fuerza, HIIT o movilidad, el magnesio es clave para la contracción muscular. No te hará levantar más peso por arte de magia, pero sí puede ayudarte a sentir mejor control y menos fatiga.

Contribuye a la regulación hormonal

Especialmente útil en etapas de más estrés, cambios de rutina o ciclos alterados. No sustituye a hábitos básicos (dormir, comer bien, moverte), pero complementa de forma real.

En resumen: sirve para recuperar, dormir mejor, entrenar con más calidad y sentirte más equilibrada. Siempre desde la realidad, sin exagerar lo que no toca.

El magnesio te ayuda a dormir mejor

Tipos de magnesio: cuál elegir según lo que necesitas

Cuando buscáis magnesio suele pasar lo mismo: demasiadas opciones, demasiados nombres raros y la sensación de que si no eres bioquímica no vas a saber cuál es el adecuado. Tranquila. No necesitas memorizar nada. Te resumo lo que realmente importa y cómo lo utilizo yo.

Magnesio glicinato

Es el que mejor tolera la mayoría de la gente. Si buscas relajación, descanso y regular mejor el estrés, esta suele ser la opción más cómoda. Para muchas de vosotras es el punto de partida ideal.

Magnesio citrato

Lo recomiendo cuando hay más tensión muscular o tendencia a calambres. Eso sí, puede tener un ligero efecto laxante en algunas personas, así que mejor empezar con poca cantidad.

Magnesio malato

Suele dar un puntito más de energía, así que puede venir bien si notas fatiga general o entrenas por la mañana. A mí me ha funcionado bien en etapas de mucho volumen de trabajo.

Magnesio treonato

Es el más caro y no lo recomiendo como primera opción. Se utiliza más para concentración y claridad mental, pero no es necesario para la mayoría.

No necesitas tener todos en casa ni hacer mezclas raras. Lo importante es elegir el tipo que mejor se ajusta a cómo te sientes y a tu rutina. Y recuerda: ningún suplemento sustituye a un buen descanso, a entrenar con constancia o a comer como necesitas.

Señales de que podrías necesitar magnesio

No hace falta hacerse mil análisis para intuir si te falta magnesio. En mi día a día entrenando con vosotras, veo patrones que se repiten mucho y que encajan con lo que dice la ciencia. Si te reconoces en varios, puede tener sentido valorar la suplementación.

  • Calambres o piernas muy cargadas. Si notas pinchazos, espasmos o las piernas muy tensas después de entrenar (o incluso sin entrenar), puede ser una señal clara.
  • Dificultad para dormir o sueño ligero. Te cuesta desconectar, te duermes tarde o te despiertas con sensación de no haber descansado. El magnesio ayuda a regular el sistema nervioso y bajar revoluciones.
  • Mucho estrés o sensación de “alerta” constante. Días en los que todo se hace cuesta arriba, irritabilidad o esa sensación de estar “a mil por hora”. En estas etapas el cuerpo consume más magnesio del habitual.
  • Fatiga o bajón de energía sin explicación clara. Si entrenas y notas que te cuesta más arrancar, o que “no te tira el cuerpo”, el magnesio puede ayudarte a estabilizar energía y recuperación.
  • Dolores musculares frecuentes. No hablo de agujetas normales, sino molestias recurrentes o rigidez que aparece incluso con entrenamientos ligeros.

Estas señales no son un diagnóstico, pero sí una guía útil. Sobre todo si coinciden con momentos de más carga física o emocional. Y a veces, un pequeño ajuste puede marcar una diferencia enorme.

Cómo tomar magnesio: dosis orientativa y trucos prácticos

Lo primero: no necesitas complicarte. La suplementación con magnesio es sencilla si sigues unas pautas básicas y escuchas a tu cuerpo. Aquí te cuento cómo lo hago yo y lo que mejor funciona a la mayoría de vosotras.

  • Dosis orientativa. La referencia más habitual suele estar entre 200 y 400 mg al día, dependiendo del tipo de magnesio y de tu tolerancia. No es necesario tomar más para notar efectos. De hecho, muchas veces menos es más.
  • ¿Cuándo tomarlo? La mayoría de las mujeres lo toleran mejor por la noche, sobre todo si buscan mejorar la calidad del sueño o relajar tensiones.
    Si tu objetivo es reducir calambres o mejorar rendimiento, también puedes dividir la dosis: un poco antes de entrenar y otro poco por la noche.
  • Cómo empezar. Empieza siempre con una cantidad pequeña. Dale unos días a tu cuerpo para adaptarse y ajusta según cómo te sientas. El magnesio no es un suplemento de efecto inmediato: vas notando cambios progresivamente.
  • Truco práctico. Muchos días lo tomo después de cenar, como un pequeño “ritual” para empezar a bajar el ritmo. Me ayuda a entrar en modo descanso y noto la diferencia cuando no lo hago.

Y recuerda: si estás embarazada, en lactancia o tienes alguna condición médica, consulta siempre con un profesional antes de añadir cualquier suplemento.

Magnesio y entrenamiento: cómo se complementan

Cuando entrenas con constancia, especialmente fuerza, el magnesio pasa de “opción interesante” a “pieza importante”. No porque vaya a transformar tu rendimiento de un día para otro, sino porque sostiene procesos clave que a veces damos por descontado.

En mi caso lo noto muchísimo en la recuperación: menos rigidez al día siguiente, menos sensación de “cuerpo cargado” y más fluidez en los movimientos. Muchas de vosotras me contáis exactamente lo mismo cuando lo incorporáis de forma constante.

Mejora la contracción muscular

El magnesio interviene directamente en cómo se activan y se relajan tus músculos. Por eso, si falta, aparecen calambres o esa sensación de que “no te responde” el cuerpo en ciertos días.

Ayuda a gestionar mejor el esfuerzo

Cuando entrenas, tu sistema nervioso también trabaja. Si está saturado (estrés, falta de sueño, exceso de carga), tu cuerpo interpreta el esfuerzo como más alto de lo que realmente es. El magnesio ayuda a equilibrar esta respuesta.

Contribuye a tener energía más estable

No es un estimulante, pero sí favorece procesos que sostienen tu energía diaria. Eso, sumado a un buen descanso, hace que el entrenamiento sea más llevadero y efectivo.

No existe el suplemento perfecto, pero el magnesio sí puede ser un apoyo real si entrenas, trabajas, cuidas, corres, sostienes… y a veces necesitas un empujoncito extra para rendir sin agotarte.

Conclusión: una ayuda sencilla que puede marcar diferencia

Después de años entrenando a mujeres reales, con vidas reales y ritmos reales, puedo decirte que el magnesio no es un milagro… pero sí puede ser un apoyo potente. Especialmente si tienes estrés, te cuesta descansar, entrenas fuerza o notas el cuerpo más tenso de lo normal.

Si te reconoces en algunas de estas sensaciones, dale una oportunidad. Empieza poco a poco, elige el tipo que mejor se adapte a ti y observa cómo te sientes con el paso de las semanas. A veces, un pequeño ajuste tiene un impacto enorme en cómo vives el día a día.

Y si tienes dudas, escríbeme. Ya sabes que me encanta acompañaros y ayudaros a encontrar rutinas que os hagan sentir más fuertes, más equilibradas y más en calma.

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