Como sabes (y si no lo sabes, te lo cuento), he sido piragüista profesional. O lo que es lo mismo: no nací sabiendo correr ni llevo corriendo desde pequeña. Cambiar de deporte no fue fácil: aunque tenía disciplina, correr era un mundo nuevo para mí. Sé lo que se siente empezar desde cero, dudar, tener miedo o no saber ni por dónde empezar. Por eso hoy, para ti, quiero dedicar un post entero a cómo entrenar la mente para correr.
Voy a compartir contigo pequeños trucos y gestos que me han ayudado, y que pueden ayudarte a ti también a construir confianza, superar bloqueos y disfrutar de cada paso.
Por qué entrenar la mente para correr: para quienes empiezan
Cuando vienes de otro deporte o directamente empiezas desde cero, la mente juega un papel decisivo. No basta con tener voluntad: hay miedos, inseguridades y la tendencia a compararte con otros que ya corren.
Estos bloqueos mentales pueden frenar tus ganas incluso antes de calzarte las zapatillas. Por eso, entrenar la mente para que sea tu aliada, no tu enemiga, es clave para dar los primeros pasos y mantener el hábito a largo plazo.
Mi experiencia: de piragüista a corredora ¿disciplinada?
Como te contaba, mi vida deportiva empezó en el piragüismo profesional, donde la disciplina y el esfuerzo eran la base. Pero cambiar a correr supuso un reto completamente distinto. Mi cuerpo y mi mente tuvieron que adaptarse.
He llorado, he tenido dudas, pero también me he sentido muy acompañada y he aprendido a ser constante. Apuntar mis logros, por pequeños que fueran, y apuntarme a carreras populares me ayudó a motivarme y a demostrarme que sí podía.
También aprendí a no compararme con otros ni a presionarme más de lo que tocaba. Poco a poco, paso a paso, fui ganando confianza y disfrutando de cada entrenamiento.
Pequeños trucos y gestos para quienes están empezando a correr
- Empieza con pasos realistas y alcanzables: por ejemplo, correr dos días a la semana, 20 minutos cada sesión.
- Apúntate a carreras pequeñas y populares para motivarte y marcarte metas que celebrar.
- Lleva un registro de tus avances y celebra cada logro, por pequeño que sea.
- Evita compararte con otros corredores y acepta tu propio ritmo y proceso.
Técnicas para entrenar la mente para correr: antes y durante
Gestionar los pensamientos negativos es fundamental para disfrutar de la experiencia de correr. Antes de salir, es común que aparezcan dudas como “¿Voy a ser capaz?”, “¿Qué pensarán los demás?” o “No soy lo suficientemente rápida”.
Lo importante es reconocer estos pensamientos y reemplazarlos por mensajes positivos. Recuerda que nadie está juzgando tu ritmo, y lo esencial es que estás dedicando tiempo para ti. Siempre digo lo mismo a todas las mujeres con las que corro cada semana, «pero ¿alguien te paga por correr?». Estamos en esto para disfrutar, no lo olvides, ¡bastante nos cuesta sacar ese rato para nosotras!
Pero ojo, que no solo es cuando te calzas las zapatillas. Durante la carrera, mantén la motivación recordando por qué empezaste y celebrando cada pequeño avance. Visualizar tu éxito y usar afirmaciones positivas puede ayudarte a mantener la concentración y el ánimo alto.
Herramientas que me han ayudado a entrenar la mente y no perderme en el camino
Lo que más me ha funcionado es llevar un pequeño diario donde apunto cómo me siento, mis avances y esos momentos en los que pienso “¡venga, que puedo!”.
También he buscado compañía, ya sea un grupo de amigas o alguien que me entienda y me apoye cuando me entran dudas.
Y ojo, no subestimes el poder de esos pequeños rituales: premiarme cuando cumplo un objetivo, escuchar pódcast que me levantan el ánimo o simplemente tener una rutina que me haga sentir que esto es para mí y nadie más.
Integrar mente y cuerpo: cómo me ayudó un plan físico realista
Lo que aprendí es que la mente y el cuerpo tienen que ir de la mano. No sirve de nada querer correr kilómetros si la cabeza no está lista, ni tampoco forzar el cuerpo sin cuidar lo que piensas.
Por eso, tener un plan físico que se adapte a tu ritmo y que respete tus emociones ha sido fundamental para mí. No se trata de ser perfecta ni de correr rápido desde el día uno, sino de ir paso a paso, escuchándote y cuidándote.
Por eso creé el programa Aprende a correr en ocho semanas: para acompañarte en ese camino, con paciencia, apoyo y un plan que realmente funcione.
Conclusión: entrenar la mente para correr es disfrutar cada paso
Si algo he aprendido en este camino es que correr no es solo cuestión de piernas, sino sobre todo de cabeza. Entrenar la mente para correr es el primer paso para disfrutar, para sentirte bien contigo misma y para crear un hábito que realmente te acompañe toda la vida.
La mente te juega muchas trampas: te dice que no puedes, que no vales, que no tienes tiempo o que otros son mejores. Pero lo cierto es que nadie conoce tu fuerza ni tu historia como tú misma. Y por eso, cada pequeño logro, cada sesión cumplida, es un triunfo enorme que merece ser celebrado.
No te compares, no te presiones más de la cuenta. Aprende a escuchar tu cuerpo y a respetar tu proceso. No importa si empiezas caminando o trotando despacito: lo importante es que te muevas y que lo hagas por ti.
Y recuerda que no estás sola. Buscando apoyo, ya sea en grupos, con entrenadores o con personas que te entiendan, la aventura es mucho más llevadera y divertida.
Por último, si quieres un camino guiado, con un plan realista y todo el apoyo que necesitas, te invito a conocer mi programa Aprende a correr en ocho semanas. Es la forma que he diseñado para acompañarte con paciencia, cariño y profesionalidad.
Así que, ¿te animas a entrenar tu mente y empezar a correr? Yo ya he dado el primer paso, y te aseguro que merece la pena.
Nos vemos en el camino.